¿Por qué es favorable reducir el consumo de carbohidratos?
Porque llevar una buena alimentación es importante, Mofit Electroestimulación Valdemoro te damos recomendaciones nutricionales.
Los carbohidratos son aquellas moléculas orgánicas que se componen de oxígeno, hidrógeno y carbono. Estas moléculas se caracterizan por tener las funciones de conformar estructuras y la materia orgánica, como tejidos o músculos y almacenar la energía necesaria para realizar cualquier tipo de actividad, entre otras.
Los carbohidratos o hidratos de carbono, glúcidos o azúcares aparte de que nos aportan abundante energía ( energía que será acumulada en forma de grasa en caso de no se usada)aumentan el nivel de insulina.
La insulina es la hormona del páncreas que se encarga de acelerar el transporte de la glucosa hacia la sangre. El cuerpo, al tener la glucosa en la sangre, ya no necesita descomponer grasa para ganar energía.
Por tanto, el hecho de consumir carbohidratos, sobre todo antes de entrenar, paraliza le proceso de quemar la grasa subcutánea. Por eso recomendamos cuides una dieta pobre en carbohidratos.
Se dividen en complejos y simples, de acuerdo a su estructura y velocidad con la que pueden absorber y digerir azúcar. Los simples, tienen una o dos azúcares, mientras que los complejos cuentan con al menos tres de ellas.
Los carbohidratos simples pueden ser hallados, de manera natural, en alimentos como:
Frutas, como por ejemplo, manzana, banana, pera, melón, sandía, ananá, mango.
Verduras, como lechuga, zanahoria, repollo, choclo, acelga, espinaca o coliflor.
Leche y derivados, como yogurt, queso, crema, postres lácteos.
Además, pueden ser encontrados en azúcares refinados y procesados, como:
Bebidas carbonatadas como el caso de las bebidas gaseosas que no son dietéticas.
Jarabes.
Golosinas: chocolates, obleas, galletitas, caramelos, chicles, mentas, chupetines, entre otras.
Azúcar de mesa.
Dulces, miel, amasados, mermeladas.
Algunos ejemplos de hidratos de carbono complejos, caracterizados por ser ricos en almidón, son:
Verduras “ricas en almidón”, tales como jícama, patata o papa.
Cereales integrales como avena, trigo, arroz o centeno.
Legumbres, como lentejas, alfalfa, soja, guisantes, cacahuates, haba, garbanzos, entre otras.
Pastas.