El Tabaco en el deporte
Todos conocemos que la práctica de una actividad física regular, estable y moderada ayuda a mejorar tanto la salud física como la psicológica, incrementando así la calidad de vida. Por ello, muchos son los fumadores que se aferran al ejercicio físico para contrarrestar los daños del tabaco. Sin embargo, muy lejos de los que se cree, combinar el hábito de fumar con una ejercitación regular no disminuye las consecuencias negativas que el tabaco provoca en nuestro organismo.
Desde Mofit Electroestimulación Valdemoro, queremos enseñaros los perjuicios del tabaco en el deporte, además de los que ya conocemos en lo que respecta a nuestra vida cotidiana.
No se prohíbe expresamente el tabaco en el deporte, pero lo mismo para el deportista que para el que no lo es, la OMS advierte que su uso puede dañar seriamente la salud. La disminución de la capacidad pulmonar en un fumador habitual es obviamente constatable. Aparece la fatiga, mayor riesgo de afecciones respiratorias, tos, expectoraciones, pérdida de apetito, arritmias cardíacas, afecciones cardiovasculares… Los fumadores, además, tienen una tasa de mortalidad superior en un 70% a los no fumadores como consecuencia del desarrollo de distintas patologías.
Si se fuma, al realizar esfuerzo físico, el cuerpo requiere de una tarea extra y es aquí donde pueden surgir afecciones más comprometedoras para la salud, tales como broncoespasmo, arritmias, taquicardias, falta de oxigenación de los tejidos, entre otras, que incrementan significativamente el riesgo de sufrir daños a nivel coronario y pulmonar.
Por otro lado, diversos estudios han confirmado los perjuicios del tabaco sobre los músculos, concluyendo que los fumadores tienen una recuperación post- esfuerzo más lenta, así como una pérdida de masa muscular acelerada debido a la elevación de una enzima que degrada la misma, y a la lenta síntesis de proteínas propia del organismo de los fumadores.
Una razón más para abandonar el cigarrillo ,y es que si verdaderamente quieres cuidar tus músculos debes conocer el efecto del tabaco sobre la síntesis de proteínas y por ende, sobre el desarrollo muscular.
Un estudio realizado por la Universidad de Notiingham, ha permitido demostrar que el hábito de fumar deteriora el mantenimiento diario del músculos y acelera el desarrollo de sarcopenia, pérdida de masa muscular que frecuentemente se asocia al proceso natural de envejecimiento.
Luego de evaluar a los participantes fumadores y no fumadores, se midió la síntesis de proteínas musculares, comprobando que ésta es significativamente menor en los individuos tabaquistas, pues éstos no sólo tienen una maquinaria de síntesis de proteínas lenta, sino que tienen niveles aumentados de miostatina, inhibidor del crecimiento muscular, y de la enzima que degrada proteína muscular.
En otra investigación realizada en la Universidad de Yale, se señaló que los fumadores jóvenes presentan trastornos en la recuperación de glucógeno muscular tras el esfuerzo debido a que el cigarrillo altera la función normal de la insulina. De esta forma, los músculos no pueden replecionar sus reservas de glucógeno, progresivamente se fatigan en menor tiempo y pierden sus fibras constituyentes.
Y para que no queden dudas de lo mucho que el tabaco puede dañar nuestros músculos y entorpecer el entrenamiento, así como la hipertrofia y la salud de la persona, un estudio encontró que los fumadores tienen mayor riesgo de pérdida del cartílago articular y presentan mayor intensidad de los dolores músculo- esqueléticos. Por lo que se ha vinculado al tabaco con diversos problemas crónicos tales como la lumbalgia y la enfermedad degenerativa de los discos intervertebrales.
Por supuesto, esto no es todo, ya que conocemos que el tabaco obstaculiza la correcta oxigenación de los tejidos, entorpece la circulación sanguínea y reduce significativamente las aptitudes cardiovasculares.
Los expertos, aparte de no recomendar el consumo de cigarros a toda la población, incluidos a los deportistas, sugieren no consumirlos tres horas antes de hacer cualquier actividad física, y tres horas después de haberla finalizado. El motivo de ello es que, aparte de que hay que estar bien hidratado, también es necesario tener una buena cantidad de oxígeno disponible para responder a la demanda de los músculos. Si se fumase en esas horas previas, se produciría una vasoconstricción sobre las arterias, que impediría la buena circulación.
Por ello, si deseas cuidar tu salud y disfrutar de tu actividad física, así como lograr los objetivos con el entrenamiento, aquí tienes un recurso más que puede contribuir a estar en forma y ponerte fuerte: dejar de fumar.