Beneficios de la alcachofa
A la alcachofa se le atribuyen grandes beneficios y propiedades medicinales. Destaca por los valiosos nutrientes que contiene, además de por su bajo aporte calórico y capacidad depurativa
La alcachofa tiene fama de ser un alimento afrodisíaco desde la antigüedad | Clary I.
Una vez que descubrimos los innumerables beneficios y las propiedades nutricionales de la alcachofa, se convierte en un preciado manjar. Aunque no se consuma con demasiada frecuencia debido, en parte, a su elevado coste, nos aporta minerales como el potasio, el fósforo y el calcio, y vitaminas del grupo B y C, en menor cuantía. También contiene una buena cantidad de fibra dietética, por lo que ayuda regular el tránsito intestinal y a prevenir o aliviar el estreñimiento.
En su composición destacan unas sustancias que poseen positivos efectos fisiológicos, la cinarina y los esteroles. La presencia de estos dos elementos confiere a la alcachofa capacidad para limitar la absorción del colesterol en el intestino, aumentar la secreción biliar y favorecer la expulsión de toxinas y sustancias de deshecho. Por ello, la alcachofa está indicada para el tratamiento de enfermedades relacionadas con el hígado y la vesícula biliar, así como para otros trastornos digestivos.
Además de por sus cualidades diuréticas y riqueza en antioxidantes, es conocida por la sensación de saciedad que proporciona y por su bajo aporte calórico (unas 40 calorías por cada 100 gramos). Ayuda a controlar el apetito y a combatir los triglicéridos, siendo ideal tanto en dietas de adelgazamiento como de control de peso. No obstante, las alcachofas pueden producir flatulencias en personas que tienden a sufrir estos malestares digestivos.
También es una fuente de inulina, un polisacárido que contribuye a mantener estables los niveles de glucosa. De ahí que tenga cabida en la alimentación de personas que padecen diabetes.
Desde tiempos remotos se le atribuían propiedades afrodisíacas, lo que en parte favoreció e impulsó su empleo culinario.
Hoy en día, las alcachofas se suelen consumir en su estado natural (crudas, en ensalada, o aliñadas con aceite y ajo) o al vapor, de manera que conserven gran parte de sus nutrientes.